miércoles, 6 de julio de 2011

Hay que rescatarte chica buena

Dicen que hay una línea muy delgada entre el odio y el amor; lo mismo pienso de la bondad y maldad. Algunas cosas dependen del cristal con que se miren.


Has ido por la vida repitiendo que eres mala cuando quieres, porque crees que a los buenos les ven la cara de cojudos --y ya te pasó que te vieron esa cara muchas veces-- ; has ido escudándote y protegiendo esa personita que vibra en tu interior, porque tiene mucho listón para mostrarla a quien sea… sólo la presentas a quien crees lo merece. Has ido enfadando gente , pateando el tablero y escapando todas las veces que pudiste sólo porque el orgullo te dice : "Escapa, pon reversa y huye (mientras más pronto, mejor)". Has hecho que alguien que tiene tu cariño te de con palo y te diga lo mala persona que eres…lo mereces y bien que lo sabes; pero sientes un poquito dentro de tí, que no entendieron tus repetidos motivos, ni lo que hay detrás de tus fallidas intentonas escapistas. Sólo eres mala; y te dices que las palabras tienen poder y según como fueron dichas,pueden lascerarte o no. Y por mucho que creas que mereces esa reprimenda-penitencia-estate quieto- remezón-cuadrada-cafeteada, duele también.


Pero un día, quien menos esperas te da la sorpresa de que ve bondad en ti, se aferra a esa creencia, y sabe que no eres completamente malvada porque te quiere tal y como eres; tanto conmueve enterarse…que duele también. Y piensas que si alguien es capaz de tener esa fe en tí, puede ser que sea cierto, puede que irradies algo de bondad y te duermes pensando que debes plantearte el propósito de rescatar esa chica buena que fuiste alguna vez...o al menos dejarla visitarte más tiempo del que estás acostumbrada a tolerarla.


Y parece que algo en el aire quiere convencerte que eres capaz de lograr lo que quieres, y se manifiesta del modo más inesperado...ayudas a una persona que jamás viste en la vida, y tanto te agradece que hasta llora un rato mientras te cuenta su historia, y tú, que siempre usabas esos audífonos para demostrar que no atiendes a nadie, esta vez la escuchas; te habla de su hijo, de su esposo fallecido, de sus hijas y de sus peripecias, te cuenta detalles entreverados de una desgracia familiar y te agradece lagrimeando por lo buena que fuiste con ella.Utilizó la palabra mágica: B-u-e-n-a. Entonces te dices: puedo serlo, me lo estoy demostrando a mí misma, que es lo más importante. Sólo me había olvidado un poquito de ser así, debo empezar a recordarme...y se escapa una sonrisita mientras te dices: algo oxidada en bondades he estado, pero no es algo que sea pecado...y sigues adelante también sacándole la lengua a quienes dicen misa de tí , porque eres capaz de absorver lo bueno, aprender de tus errores, y no dejar que ninguna palabra perturbe tu PAZ INTERIOR.

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